29 de enero de 2013




CONCURSO DE ESCRITURA DE LA 2ª EVALUACIÓN


BASES:

Quienes quieran participar  deberán presentar un texto interesándose por el trabajo, puede se en forma de  carta, poema,  una mezcla de ambos, mural, vídeo, power point…

Características:
    - Escritos a mano u ordenador.
    - En castellano o asturiano.
    - En cualquier tipo de soporte (papel, cartulina, formato digital...)

Se valorarán la originalidad, redacción, léxico, ortografía…

Presentación de trabajos:
       - En sobre cerrado y con pseudónimo (en caso de presentar el trabajo en formato digital se introducirá en el sobre un lápiz de memoria la obra presentada a concurso).
      - En el interior, además del texto, se incluirá: un sobre pequeño con el pseudónimo escrito afuera y dentro un papel con el nombre, apellidos y curso del/la participante.
        - El plazo de entrega de trabajos finalizará el  28 de  febrero.

Premios: se establecen dos niveles, 1º ciclo y 2º ciclo de ESO.

La participación en este concurso será valorada positivamente en la asignatura de Lengua.

28 de enero de 2013

"EL PRINCIPIO", Paula Carballeira y Sonja Danowski. Ed. Kalandraka

"La gente estaba triste.
Habían quemado los libros de la biblioteca.
El suelo estaba cubierto de cristales.
Tardamos poco tiempo en acostumbrarnos 
a caminar entre los vidrios y las cenizas."



Un álbum ilustrado que es una auténtica delicia, una exquisitez. Las ilustraciones de Sonja Danowski son un lujo para los sentidos y junto con el texto logran transmitir un mensaje de paz que inicia toda una historia, esto es sólo el principio, el inicio de otra mejor.




Pinchad en este enlace para ver alguna de sus páginas.

Es todo un honor para mí deciros que el dibujo de fondo del blog es  de Sonja Danowski y que ella misma me ha dado permiso para usarlo. Le he contado que vimos el álbum en clase y que nos había gustado muchísimo, dice que eso la hace sentirse feliz y nos manda besos para todos.
¡Muchísimas gracias, Sonja!



7 de enero de 2013




 Por si la lluvia empapara tu cabeza y tu cerebro se perdiera en la niebla, antes de irme y para que siempre lo recuerdes, lo lleves contigo, quiero decirte un último te quiero- y su voz se fue apagando poco a poco, como el sol se apaga al atardeder, como una vela consumiéndose,  como el agua se te escapa de las manos...
Él se quedó mirando sin poder hacer nada, como si algo se lo hubiera llevado.
Allí se quedó, llorando, mientras se arenpentía de lo que había hecho.

(Llara Suárez. Ciañu. 3º ESO)

6 de enero de 2013

POESÍA CON UNOS TRAZOS A LÁPIZ, MÚSICA Y ARTE, PURO ARTE


CÓMO SE HIZO EL VÍDEO

Atraviesas el tiempo
sin esfuerzo y siempre
me persigues, siempre

con aquellas tardes
tan felices como afiladas
se clavan ahora.

No sé dónde estás
pero tu acento surge
del horizonte y yo me giro, te grito,
pero tú no me oyes.
Nunca me oyes a mí.

Y cuando quiero olvidarte, estás
si yo no quiero verte,
cuando no salgo en tu busca
te presentas insistente
una vez, y otra, y otra
hasta que logras convencerme
que te posea de este modo,
sólo para devenir ausente
-viento entre mis manos -
y dejar mi deseo viendo esclavo
tu alado desvanecimiento.
Y ahora que no estás,
es cuando quiero tenerte.

En un juego cruel me incitas
a buscarte en cada brillo,
en cada halo, en cada senda
a perseguir extrañas huellas
que nunca llevan, tú lo sabes,
a ninguna parte de ti,
que sigues ahí, inexistente,
y tan presente como el dolor,
color de la noche
con pequeñas estrellas de placer.
Ese es tu ser:
invulnerable y frágil,
ausente y amante.


(José José Luis Torrego)

4 de enero de 2013

A LA QUE LOS LOCOS LLAMAN...

Ahí estabas tú,
cabeceando y apoyada en mi hombro,
mientras tus labios zigzagueaban recelosos,
que si alguna vez me sentí Dios,
fue porque tú me lo decías,
y ahora que no lo haces,
y ahora que no te acurrucas en mí,
de tu perfección a mi olvido, a mi perdición.

El sosiego de tu sonrisa,
contrastando con mis idas y venidas,
y mis cuatro ideas
que se esconden como putas
debajo de estos tristes ojos de telón alicaído.

Que ya no me sale el llamarte,
mi garganta no tiene fuerza
y a los cimientos de mi corazón no les interesa mantener esta estructura,
a la que los locos llaman amor.

(Óscar Díaz Ustáriz. Ciañu. 4º ESO)
Si le dices a un niño que la luna es de queso lo creerá. Si le dices que con empeño puede lograr todo lo que se proponga le estás dando la fuerza para luchar por sus sueños.



1 de enero de 2013

RELATO GANADOR DEL CONCURSO DE ESCRITURA DE LA 1ª EVAL. (2º CICLO ESO)

EL CAFÉ DEL CRUCE
Era tan solo un día oscuro de lluvia. Sin luz en la carretera, sólo los focos del coche. Veíase un destello al final del camino. Era el letrero de un café en la nada. Cansado ya de conducir, decidí detenerme para estirar las piernas y tomar un café. Entré en aquel garito, había sólo un hombre sentado a la barra. Por su aspecto parecía camionero: grande, alto, tez oscura... llevaba una gorra, unos pantalones vaqueros y una camisa de cuadros. Me senté en la otra esquina de la barra. Pasó un rato y nadie me atendía. Me encontraba mirando por la ventana cómo pasaba el día y llegaba la noche con cada gota que caía.
Nadie se asomaba por aquella puerta corroída. El camionero me miraba con cara de enfado y yo apartaba la la mirada. De repente, un charco de sangre apareció por debajo de la puerta y el local se me echó encima. Corrí hacia la entrada, pero estaba cerrada. Era demasiado tarde, el hombre ya estaba llegando a mí. Intenté tranquilizarme, pero él no me dejó, cogió un cuchillo con su mano izquierda y siguió acercándose. Me aferré a la banqueta, e intenté defenderme, pero me la arrebató de las manos. Al instante eché a correr hacia el baño que estaba detrás de mí. Cerré con pestillo y miré a mi alrededor por si había alguna ventana por donde escapar. Me encontraba en un sitio muy pequeño, sin luz, sólo la de mi móvil. Comencé a escuchar unos ruidos fuera. Parecía que una bola de demolición rebotase una y otra vez contra la puerta. Pensaba en voz alta que éste sería mi fin, pero el ruido de un coche alegró mis oídos. Grité con todas mis fuerzas, pero el coche pasó de largo, o eso pensé.
Al cabo de unos minuto se abrió la puerta, pero yo ya no me hallaba allí. Me encontraba dentro del coche, durmiendo, en una carretera inhóspita y más oscura que una noche sin luna. Asustado decidí marcharme de allí lo más rápido que pude. Llegué a un cruce y en el medio, ¡el café! Miré por la ventanilla y allí estaba él, sentado en la banqueta, con la cerveza entera y el cuchillo en su mano izquierda.

(Cristian Ruíz Benet. 3º ESO. El Entrego)